Gracias a nuestro proceso rentable y sumamente preciso de fotograbado químico, podemos realizar incluso los diseños más complejos. El material, una vez terminado el corte del perfil mediante grabado, está libre de rebabas y tensiones, y conserva todas sus propiedades esenciales.
Tras terminar el diseño, primero limpiamos la materia prima de alpaca y cubrimos la lámina con un protector UV fotosensible, y después imprimimos el perfil necesario directamente en la lámina cubierta de protector fotosensible. Tras este paso, el material se pasa por un baño de solución química de cloruro de hierro rociado, que se utiliza como solución de ataque para recortar el perfil de su diseño. Nuestro proceso de grabado químico funciona igual de bien para metales recocidos blandos, semiduros o totalmente duros, en los que luego grabamos con ácido una fina línea de trazado con la máxima precisión, para garantizar que sus componentes se fabriquen de acuerdo con su diseño.
Una vez terminado el proceso, se retira cualquier resto del protector fotorresistente. Las piezas pasan por la aprobación de nuestros técnicos de control de calidad y cumplimiento.
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